Canon

Pero tienes quebrada la espalda,

Mi magnífico, pobre siglo.

Con una sonrisa insensata,

Como una bestia otrora ágil,

Te vuelves hacia atrás, débil y cruel,

A contemplar tus huellas.

Ósip Mandelstam. El siglo, 19231.

Encontré este fragmento en el libro Desnudez de Giorgio Agamben (Nudità, 2009), e inmediatamente tomaron cuerpo las imágenes de mi obra, particularmente la figura humana, que se arma, desarma, se integra con el entorno o se diluye en él.

El siglo —o su Época, dependiendo de la traducción—, da cuenta de la contemporaneidad del poema. Tiempo de quiebres, desfasajes; pero —como dice Alain Badiou2—, también de destrucción, sustracción e innovación, de hacer presente a través de movimientos políticos, sociales y artísticos de un futuro mejor.

Migraciones, exilios, muros por doquier son una constante en la historia de la humanidad.

En el año 2006 recorté un artículo de un diario en el que una fotografía mostraba inmigrantes africanos arribando, exhaustos, a las costas de la isla de Tenerife, España. La imagen impacta por el contraste que ofrece una barca multicolor, patera, con dibujos que referencian al pueblo de origen. Imagino que ha sido pintada para salir a pescar o para transportar alimentos, para adentrarse en el mar y utilizarla como medio de vida… Su destino fue otro.

Para la misma época, también de un artículo recorté la imagen de un inmigrante africano proveniente de Ghana que llegó a la Argentina escondido en un barco, escapando de la guerra entre tribus donde fallecieron sus padres. Se trataba de una entrevista; en ella destaca la suerte de cruzarse con gente que lo ayudó a conseguir trabajo y el anhelo de juntar dinero para traer a su hermano. La imagen lo muestra observando el mar.

El Canon enigmático es una serie de producciones que viene desarrollándose en el contexto de mi labor artística desde hace aproximadamente una década. En sincronía con múltiples personajes, extraje algunos para trabajarlos de manera individual en pinturas y en esculturas. El rasgo constante en la serie es la presencia de una figura humana de espaldas.

Como un canon musical, donde una misma figura se reitera, en este conjunto la variación está dada por diferencias compositivas. Como en un canon enigmático, en el que su autor no ha especificado los tiempos de repetición y pausa para dejar en manos del intérprete la decisión de cuándo repetir la melodía, juego con la reiteración de la imagen y con las posibilidades de su diferencia.

El recorrido de esta serie está atravesado por preguntas: ¿desde dónde miramos el mundo? ¿Cuánto inciden el azar y/o el destino en el devenir de cada ser humano? ¿Cuáles caminos llevan a la invisibilidad y cuántos evitan tal destino? ¿Qué vínculos existen entre una espalda y un muro?

El muro de Berlín es, para mí, una suerte de canon, un prototipo de muros contemporáneos, recordatorio de muchos otros muros. La espalda, por su parte, es aquello que no vemos de nosotros mismos, un misterio oculto a nuestra mirada y a nuestro saber. Enigmática, como un canon que se replica.

Me interesa captar lo que somos en cada instante, lo que se condensa y cristaliza; lo enigmático de la repetición, lo que el azar o nuestro accionar nos permite como posibilidad: de sorpresa, de reincidencia, de cambios.

                                                                                                                       Marcela Zelikowicz


1En MANDELSTAM, Ósip. Tristia y otros poemas. Trad.: Jesús García Gabaldón. Barcelona: lgirur, 1998.

2BADIOU, Alain. 1998. Le siècle. Paris: du Seuil. Versión castellana: El siglo. Trad.: Horacio Pons. Buenos Aires: Manantial, 2005.